María Fernanda Avendaño S

En mi familia paterna existe una enfermedad hereditaria llamada diabetes mellitus tipo 2, mi padre fue diagnosticado hace más de 24 años y desde la primera cita el endocrinólogo fue enfático en decirnos: "No deben consumir azúcar". Mis hermanas y yo quedamos impactadas, pues éramos adolescentes y una pequeña de 5 añitos que ama los dulces, parecía un reto muy difícil; pero nos hemos acostumbrado y pensamos en nuestro bienestar. Evito las bebidas azucaradas, los alimentos procesados y hago ejercicio, todo esto con el fin de mantenerme saludable y no recibir esta herencia indeseada que estoy segura me cambiaria mucho la vida. A diferencia de las dulces esperas, l os cristianos tenemos algunas esperas "sin azúcar" y con ellas acontece lo mismo que nos pasa a los que por alguna razón debemos evitar este alimento, al principio todo sabe mal pero a medida que aprendemos a confiar en el Señor vamos entendiendo que es lo que conviene y que traerá un beneficio mayor, su v

Por un tiempo una amiga cristiana me hizo sentir que Dios la amaba más que a mí, no sé si era lo que había en su corazón, pero yo lo percibí de esa manera. Esto me llevo a pasar tiempo en la presencia del Señor y aprendí que Nuestra vida cristiana es como una montaña rusa, a veces estamos en la cima y otras veces en las partes bajas, esto significa que ocasiones unos vamos hacia la cima y otros en descenso, lo interesante es que luego del descenso nos preparamos para subir y después de estar en partes altas empezamos a bajar. Mis pastores me han enseñado que debemos vivir preparados para la aflicción. Hoy estas leyendo esto y te sientes realizada porque tal vez estas enamorada, te acabas de casar, tienes un anillo de compromiso, estas esperando tu primer bebé, conseguiste el trabajo que anhelabas, tu emprendimiento es exitoso, comenzaste tu ministerio, estas cumpliendo un sueño o cualquier buena noticia que alegra tu corazón hoy, lo cual es bueno y me alegra mucho por ti, pero eso no s