BELLEZA INVISIBLE


 

Imaginemos a Dios mirando a sus hijos desde los cielos, ¿en qué se enfocaría?: ¿En nuestro vestido, joyas, accesorios, dinero, tal vez en nuestro cuerpo o apariencia, en las ofrendas, el servicio, en la congregación, o qué observaría? A continuación, descubriremos la respuesta.

 

Inicialmente, es necesario remontarnos al primer libro de Samuel desde el capítulo ocho, cuando el pueblo le pide a Dios un rey, luego el profeta Samuel se encuentra con Saúl, quien conforme a lo descrito en 1 de Samuel 9:2 es un joven hermoso y alto, ungido como príncipe, pero su reino no fue duradero a causa de su desobediencia, Jehová le desgarro el reino de Israel y se lo dio a un prójimo mejor que él, conforme al corazón de Dios (1 Samuel 13 y 15). Luego el Señor le entrega indicaciones al profeta Samuel para que proceda a ungir al rey sucesor de Saúl, el siervo de Dios estaba buscando un hombre con apariencia de rey y llego a pensar que los hermanos mayores serían los elegidos del Señor, pues David era de hermosos ojos y de bello aspecto, pero era el menor, de baja estatura y joven, físicamente no lucía como un rey, ante lo cual Jehová respondió a Samuel:


1 Samuel 16:7 RVR SBT

No te fijes en su apariencia ni en lo alto de su estatura, porque yo lo desecho, porque Jehová no mira lo que el hombre mira, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

 

Conforme a lo anterior, podemos concluir que el Todopoderoso ve más allá de nuestra apariencia; él mira el corazón. Ahora bien, profundicemos en lo que significa mirar el corazón y no lo que está delante de los ojos. Miremos las siguientes citas:

 

S. Mateo 15:18-19 RVR SBT

[18] Más lo que sale de la boca del corazón procede, y esto contamina al hombre. [19] Porque del corazón proceden los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

 

Proverbios 27:19 RVR SBT

Como en el agua, el rostro refleja al rostro, así el corazón del hombre refleja al hombre.

 

Es decir, de nuestros corazones procede toda maldad, la cual luego se materializa en pensamientos, palabras y actos. Además, el corazón, según el uso común bíblico, significa el centro del ser y de la personalidad, es la fuente de la que procede todo lo demás, no es solo la sede de afectos y emociones. Al respecto, el evangelio de Mateo 5:8, dice Jesús: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”, en los evangelios el Señor insistió en la apariencia externa de las cosas por causa de los fariseos que se interesaban sobre todo por los preceptos externos de la religión, pero se olvidaban del amor.

 

Retomando la historia del inicio, recordemos que Saúl era un hombre con apariencia de rey, pero su corazón no era conforme al de Dios, no tenía una belleza invisible, solo era hermoso ante los hombres. También es cierto que David a pesar de tener belleza invisible también desobedeció al Señor, y en el Salmo 139 dice: 23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos, este verso a su vez nos remite a Jeremías 17:9 donde se indica que nuestro corazón es engañoso, perverso y que Jehová escudriña la mente y el corazón. Es decir, la condición de nuestro corazón es una batalla permanente como cristianos y se puede diagnosticar a través de nuestros pensamientos, expresiones y acciones. En este punto quisiera evocar la siguiente frase de Juan Wesley:" Oh, Señor, regenera a tus hijos, empezando por mí"

 

¿Tal vez hoy pasaste por el espejo y todo lo que viste te agrado o tal vez no, pero detente un momento a pensar que tan bello te está viendo Cristo, lo que hay en tu corazón es hermoso y agradable ante el Señor? Lo cierto es que el corazón es engañoso y pareciera que está bien, pero no, por algo en el salmo David le pide al Señor que lo examine, porque no somos tan consientes de la condición real de nuestros corazones, y pasamos de largo por el espejo de las Escrituras y asumimos que estamos bien, pero en realidad no hemos mirado hacía en fondo de nuestro corazón o hacia lo que pensamos, decimos y hacemos, por lo cual en la epístola de Pablo a la iglesia de Filipo, nos anima a que pensemos en todo lo que es verdadero, honesto, justo, puro, amable, de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo es digno de alabanza en esto pensad. Además, el corazón es un depósito de cosas buenas, como lo indica proverbios 3:1 parte "b", tu corazón guarde mis mandamientos y proverbios 4:23 nos dice que sobre toda cosa guardada guardemos nuestro corazón porque de él mana la vida.

 

Es momento de preguntarnos: ¿Nuestro corazón realmente agrada a Dios? ¿Estamos apartando el tiempo suficiente para ver qué tan bellos somos ante el Señor? Las Escrituras en 1 Pedro 3:3-6 invitan a las mujeres a que nos vistamos con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno que es tan precioso a los ojos de Dios. Así mismo continúa diciendo en Proverbios 31:30, RVR1960: engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, esa será alabada. Es de acotar que solo quien ha recibido un trasplante de corazón en Cristo puede tener una belleza invisible y visible al Señor, querido amigo, y si aún tienes un corazón de piedra, incircunciso, te invito, ven a Cristo.

 

En conclusión, nuestra belleza invisible es proporcional a cuanto nos parezcamos a Cristo. Finalmente, queridos lectores los invito a que hagamos una introspección y revisemos cómo se ven nuestros corazones ante los ojos de Dios y oremos para que el Señor nos permita ver la corrupción de ellos y apartarnos de toda maldad, así como nos esforzamos por nuestra belleza exterior, ejercitemos nuestra piedad en Cristo Jesús con la asistencia del Espíritu Santo.  

 

Saludos&Bendiciones


Con amor,


Marifer


Referencias del libro «El sermón del monte» del Dr. Martyn Lloyd-Jones

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