EL REY DESESPERADO
En una época tan decadente como en la que vivimos, es lamentable ver como la obediencia pasó de moda, existe una proliferación y normalización de la desobediencia a Dios, a sus sagradas escrituras y a las autoridades establecidas por el Señor. Se trata de una actitud rebelde en resistencia a los mandos, como producto de la falta de confianza en el Señor, la prominencia de nuestros temores y la condición de nuestros corazones.
En 1 Samuel 13: 8-14 nos
cuentan que el profeta Samuel había quedado de ir a Gilgal en siete días, y no
llegaba, el pueblo desertaba, entonces el rey Saúl pidió que le trajeran
holocausto y ofrendas de paz y ofreció el sacrificio. Cuando acababa de ofrecer
el holocausto venía Samuel y salió Saúl a saludarlo.
Samuel le pregunta sobre lo
acontecido, ante lo cual Saúl responde: “vi que el pueblo estaba desertando, no
llegabas en el plazo señalado y que los filisteos estaban reunidos en Micmás”,
Saúl pensó que descenderían los filisteos y lo atacarían y no imploro el favor
de Jehová, se esforzó y ofreció holocausto, ante lo que Samuel responde: “Locamente
has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había
ordenado; pues ahora Jehová, hubiera confirmado tu reino sobre Israel para
siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón
conforme a su corazón, al cual ha designado para que sea príncipe sobre su
pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.”
1. Lo hago a mi manera.
1 Samuel
13:9 Entonces dijo Saúl: Traedme
holocausto y ofrenda de paz. Y ofreció el holocausto.
Saúl cuando es elegido rey aparenta la designación de Jehová y comienza a gobernar a Israel, supuestamente para el reino y la gloria de Jehová, pero en su corazón estaba todo lo contrario; la gloria y el nombre propios. Samuel se tarda más de lo estipulado, precisamente para provocar que se manifieste la verdadera condición interior de Saúl; quien resuelve por sí mismo una situación que no le correspondía como un rey convencional, no teocrático, se cree todopoderoso y finalmente viola una ley gravísima; nadie puede ofrecer el sacrificio sino aquel que es designado por Dios. El rey Uzías intento hacer lo mismo e inmediatamente cayó leproso, porque el rey no puede hacer la función de un sacerdote, puede gobernar, pero no ofrecer sacrificios. 2 crónicas 26:16 -20.
1 Samuel 15: 23 Porque
como pecado de brujería es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación. Por cuanto tu desechaste la palabra de Jehová 156, él
también te ha desechado para que no seas rey.
En la biblia de estudio Matthew
Henry, uno de los comentaristas, Carl F. Keil (1807-1888) en cuanto a la
afirmación: “Desechaste la palabra de Jehová” 156 indica: “Toda
desobediencia contra Dios es un cierto tipo de idolatría porque diviniza la
voluntad propia y el “Yo” humano. Así como la idolatría es una negación
del Dios verdadero, así también es la rebelión abierta contra la palabra y los
mandamientos de Dios”
Tomando como referencia la
historia de los reyes Saúl y Uzías, puedo decir que el poder que el Señor otorga
no hace a nadie sublime, ni supremo, ni todopoderoso, los hace responsables de
una misión y cuando el hombre se olvida de esto y empieza a creer más en su
superioridad que en la de Dios, no puede gobernar para Dios porque solo existe
un Rey de reyes y Señor de señores, de hecho, tenemos reyes que al inclinarse a
otros ídolos pierden su corona.
2. Desobedezco las autoridades.
1 Samuel 13:13 Entonces
Samuel dijo a Saúl: “Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de
Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová, hubiera confirmado
tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová
se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para
que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová
te mandó.”
Puedo imaginar cuan triste y decepcionado estaba el profeta Samuel y aún las personas más cercanas a Saúl que creyeron que podía ser el rey de Israel, en el momento de conocer que Saúl no fue apto para gobernar, esto lo podemos evidenciar en el capítulo 16, verso 1 de 1 Samuel, donde Jehová le dice: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl? Y lo exhorta para que vaya busque y unja al verdadero rey de Israel.
Tomás de Kempis en la
página 111 de su libro La Imitación de Cristo, numeral 7 dice: “el
cristiano fervoroso obedece pronta y alegremente a sus superiores",
que vuestra obediencia sea pronta y generosa, para que los superiores puedan
cumplir alegremente su labor y no entre suspiros y lágrimas" hebreos
13:17.
No es una actitud de una
persona piadosa y del reino de Dios, desobedecer las autoridades teocráticas,
en el caso de Saúl, esto dejo en evidencia su carácter, la reacción no fue un patrón
ocasional sino una conducta de un hombre totalmente desobediente alejado de Jehová
que nunca se inclinaría hacia él, ni haría su voluntad, ni temería al Señor, y finalmente
demostró que no era un hombre conforme al corazón de Dios y fue sustituido por
el rey David.
3. Justificamos nuestros actos
1 Samuel 13:11-12 Entonces
Samuel dijo ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me
desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos
estaban reunidos en Migmás, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí
a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé pues, y ofrecí
holocausto.
Vemos como Saúl justifica su error y traslada
la responsabilidad al profeta Samuel culpándolo por haberse tardado, finalmente
él era el rey, según su pensamiento todo lo podía, todo lo sabía y no cometía errores.
También quiso escudarse en la deserción del pueblo, lo cierto es que el hombre no confiaba
en el Señor, creía en el mismo, en lo que podía hacer y lograr.
4. Enfrento las consecuencias.
1 Samuel 13:13-14 Entonces
Samuel dijo a Saúl: “Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de
Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová, hubiera confirmado
tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová
se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para
que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová
te mandó.”
Si continuamos leyendo el primer libro de Samuel vemos una secuencia de pecados de Saúl hasta su muerte, porque la desobediencia trae más desobediencia y un pecado nos lleva a otro. Además, el profeta notificó a Saúl de la finalización del reino, aunque no fue destronado inmediatamente se designa la supresión de la herencia del trono a los hijos y descendientes.
La condición de nuestro corazón buena o mala hará la diferencia en nuestro trasegar con Cristo, leamos y oremos al Señor a través del Salmo 139: 23-24:
23 examíname, oh Dios, y conoce mi corazón
Pruébame y conoce mis pensamientos;
24 y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.
Saludos&Bendiciones
Con amor,
Marifer
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