El valor de tener a CRISTO
Cuando adquirimos
o nos obsequian metales o piedras preciosas, confiamos que son genuinas, únicamente
por su apariencia, pero a través del tiempo demostrará si realmente son lo que creímos.
La autenticidad de las joyas no proviene en su totalidad del prestigio de la joyería,
ni de la persona que la obsequio, ni siquiera del precio. La evidencia de que es
una joya verdadera es su comportamiento a través del tiempo, cuando pasan los años
y se mantiene integra. Lo cierto es que todos tendemos a degenerarnos, pero Cristo mantiene nuestro valor, quién es la joya genuina perfecta.
El cristiano real siempre estará luchando con el pecado, así como oro verdadero no se corroe
fácilmente.
Ahora bien, existen omisiones nuestras que nos apartan de la perfecta joya genuina y despliegan nuestra corrupción, me refiero a no usar diligentemente los medios de gracia que en sí mismas son herramientas de alto valor como creyentes: ayunar, congregarnos, orar, leer y estudiar las escrituras nos mantiene cerca de la sublime joya genuina, por el contrario, no aprovecharlos nos conduce a lo inmundo, estos medios nos ayudan a permanecer como joyas genuinas en Cristo Jesús, aunque no es posible limitar la permanencia en Cristo únicamente por lo precitado, es un panorama muy amplio al cual agregaría el estado de nuestros corazones, las motivaciones incorrectas y la rebeldía.
También es muy
lamentable ver que la joya que creímos genuina se oxidó, alguien en quien se apreciaba
la joya genuina perfecta, ahora sus obras han demostrado que no era real, o
que es medio real, ni frío ni caliente, tal vez tibio, si lo has experimentado,
comparto contigo ese profundo dolor.
Finalmente, lo que nos hace valiosos es Cristo y sin él seriamos hojalatas y piedras sin brillo que no glorifican el nombre del SEÑOR, el oro sublime es y será Cristo, quien nos da el verdadero valor que nos llevará hasta la vida eterna.
Saludos&Bendiciones
Con amor,
Marifer
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